Los seres humanos somos conscientes que las consecuencias de la tragedia de Fukushima en Japón, fueron devastadoras y el daño material y emocional que sufrió la población es incalculable e irreparable.

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Sin embargo, muchas personas no hemos pensado en la población que se quedó en el lugar y no entiende que pasó. Es decir, los animales, los cuales fueron abandonados en la zona de exclusión radiactiva por sus dueños, quienes en su apuro por salvarse y salir lo más rápido posible, no pudieron llevarlos con ellos.

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Es así que Naoto Matsumura, un ex trabajador de construcción de 55 años de edad, vive en la zona para atender y ayudar a los pequeños animales. Se le conoce como “el guardián de los animales de Fukushima” por el trabajo que hace para alimentar a los animales abandonados.

Aunque, él es consciente de la radiación a la que está sujeto a diario, se niega a preocuparse por ello. “No obstante procura cuidarse, no toma alimentos de la zona radioactiva.”