A veces cuando estamos molestos decimos palabras que pueden ser hirientes y muchas veces no nos damos cuenta de cuánto podemos dañar. Cuando sucede todo lo contrario y decimos cosas positivas, también podemos lograr grandes y buenos efectos. Aunque algunos piensen que el poder de las palabras no puede ser tan fuerte, un curioso experimento ha comprobado de que sí.

El investigador japonés más conocido como el Dr. Emoto ha logrado demostrar que decir palabras positivas o negativas tienen una gran influencia. La prueba con la que confirmó dicha afirmación fue hecha con tres pocillos llenos de agua y arroz. A uno de los envases todos los días se encargaba de decirle “Gracias”, a otro de los pocillos le decía “Eres un estúpido” y al tercero simplemente lo ignoraba. Al pasar unos días, se pudo notar que el primer envase empezó a emanar un olor agradable y permanecía en buen estado, mientras que el segundo y tercer frasco empezaron a malograrse y liberar olores desagradables.

Es así que el Emoto explica la importancia de tratar bien a las personas porque las palabras negativas y la indiferencia hacen mucho daño, sobretodo en los niños.

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