La historia de “Papá Tatuado”, escrito por Daniel Sánchez Martos e ilustrado por Sergio Mora es un libro infaltable en la estantería de todo niño que ha crecido con padres tatuados y aquel que ama las historias.

Hace poco en Canadá ha salido a la luz la historia de Keith Anderson, un hombre que podría identificarse totalmente con el protagonista del libro. Él se ha tatuado en su brazo cada uno de los dibujos que su hijo Anderson ha realizado desde que tenía 4 años. Es así que Keith tiene en su piel tatuajes de gigantes, de caballitos de mar, de flores extrañas y de robots de color violeta.

Aunque su niño tiene 11 años ha decidido seguir tatuándose cada ilustración de su hijo hasta el día que el deje de hacerlo.

Chance Faulkner ha sido el encargado de retratar la historia con su lente fotográfico y entrevistar al protagonista de esta preciosa historia, cuya piel ahora está llena de gigantes, de caballitos de mar, de flores extrañas y de robots de color violeta.

Las historias de los papás tatuados, ya está más que comprobado, son preciosas e imprescindibles. Todas representan sentimientos infantiles que chocan con el mundo adulto de las agujas. Sea como sea, lo que reside indeleble en esta carne ya no es sólo un montón de tinta de colores, sino un amor infinito y perfecto, reflejo de una nueva paternidad.