Una nueva exposición en la Tate Modern de Londres explora la relación del pintor noruego Edvard Munch con el cine y la fotografía, lo que desvela una faceta desconocida del artista como amante de las nuevas tecnologías. “Edvard Munch: El ojo moderno”, organizada en colaboración con el Centre Pompidou de París y el Munch Museum de Oslo, rompe la imagen de Munch como un pintor arraigado en el siglo XIX y lo coloca de lleno en el XX, en plena modernidad.

Así, la muestra, que incluye sesenta pinturas y cincuenta fotografías tomadas por el artista, además de algunas filmaciones, se centra en su obra, realizada el siglo pasado, cuando experimentó con nuevos medios de captación de la imagen.

“Las técnicas del cine y la fotografía se reflejan en algunos de sus cuadros, que tienen marcadas diagonales o figuras en movimiento que se escapan del plano”, dijo Angela Lampe, una de las curadoras en la muestra.