La deidad de Pachacámac , única imagen religiosa venerada como tal por las culturas prehispánicas, regresó ayer al museo del complejo arqueológico al sur de Lima, tras seis años de ausencia, pues estuvo en exhibición durante ese tiempo en el Museo de la Nación y en Palacio de Gobierno.

La importante pieza arqueológica tallada en madera, de 2,34 metros de altura, era conocida en el mundo andino como el Dios de los temblores y está relacionado con el culto actual al Señor de los Milagros.

PACHAMAMA

En su tributo, se realizó una ceremonia donde no faltó el sonido del pututo, hojas de coca, chicha de jora y otras ofrendas. La ceremonia principal fue colorida y se realizó el tradicional pago a la Madre Tierra (Pachamama).

Este evento fue presidido por el Ministro de Cultura, Luis Peirano , y el viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Rafael Varón Gabai.

También estuvo presente la directora del museo de sitio, Denise Pozzi-Escot. Ella explicó que los peregrinos que la visitaban durante su apogeo “no podían contemplarlo, sino que debían cumplir un ayuno severo y trasladar su pregunta a un sacerdote”.

El acto se inició con un recorrido por la ruta de los peregrinos, camino por el que transitaban los forasteros que, desde distintas partes del Antiguo Perú llegaban al lugar para adorar a la deidad de Pachacámac, que se encontraba en la zona del santuario conocida como Templo Pintado.