San Blas es el barrio que concentra a los imagineros más renombrados, quienes continúan una tradición que se remonta por lo menos al siglo XIX.

Artesanos afincados en el barrio, efectivamente, esculpían por encargo muchas de las imágenes que hasta ahora son veneradas en las iglesias de todo el departamento.

Además, según cuentan los sambleños de pura cepa, estos artesanos también fabricaban diversos juguetes que se comercializaban en el Santurantikuy, la feria navideña que cada 24 de diciembre se realiza en la plaza de armas de la ciudad. Su especialidad eran, sobre todo, pequeñas imágenes de los santos que desfilan en la tradicional fiesta del Corpus Christi.