Vivo en una casa protegido por mujeres pequeñas, alegres y benignas.
Fuera de eso, el aire es áspero y azul (y malo para el asma).
Un abra entre las nubes y la tráquea atrás del horizonte.
Inmóvil dentro y fuera del pulmón, compacto y plano.
Las hormigas pululan a la luz de la luna y sin destino.
Las aguas se retiran y nos privan de todas las especies comestibles.
No tardes, Nora Elvira, amada y lenta. Lenta mía y bucólica no tienes
ni siquiera la excusa de algún verde pasado rural.