La salud mental está íntimamente relacionada con la salud física y la conducta. En la conducción necesitamos mantener un control físico y emocional. El estrés y la ansiedad pueden hacer que tomemos una decisión equivocada al volante.
Estar al volante conlleva una gran responsabilidad, por eso -además de estar al día en los conocimientos viales y tener un buen estado físico para reaccionar de manera oportuna ante cualquier situación- la salud emocional es indispensable para un manejo seguro.
En el Perú, se estima que ocho de cada diez accidentes son atribuidos al ser humano como causa principal, esto involucra: el exceso de velocidad, conducir de manera imprudente o bajo estado de ebriedad. Asimismo, la falta de sueño afecta directamente a la salud mental del conductor cuyos principales efectos son la irritabilidad y falta de autocontrol, falta de concentración y memoria, dificultades de coordinación y en la toma de decisiones, fatiga y falta de motivación.
Por esta razón, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Jerhel Chavarría, psicóloga e instructora de Educación y Seguridad Vial del Touring y Automóvil Club del Perú, brinda un par de recomendaciones a tomar en consideración al momento de conducir:
- Concentración absoluta. Los accidentes justamente se inician con breves distracciones. Tener listo lo necesario para iniciar el viaje (emisora sintonizada, GPS programado, etc.); no mantener conversaciones alteradas durante el viaje; el copiloto u ocupantes deberán evitar dar indicaciones o alertar de manera innecesaria al conductor; no realizar otra actividad de manera paralela como maquillarse, enviar mensajes por celular o ingerir alimentos.
- Descansar las horas que pida el cuerpo, controlar la temperatura dentro del vehículo, ejercitar la paciencia durante las horas punta o ensayar nuevas rutas para evitar situaciones de tráfico.
- Considerar un tiempo prudente para salir con tiempo suficiente para llegar a su destino, así podrá seguir rutas más despejadas que le generen mejor ánimo durante su trayecto.
- Practicar la respiración profunda, frente a una situación estresante en el trayecto, al hacerlo, esta le lleva un mensaje de tranquilidad al cerebro y como consecuencia este mismo mensaje se envía al cuerpo.
- Mostrar respeto y empatía al manejar, ser prudente y así contribuir a educar a otros conductores, a los hijos o a los que nos acompañan. La seguridad vial siempre empieza con la prevención.
Recordar que la seguridad vial siempre empieza con la prevención, y es responsabilidad de todos aplicar las recomendaciones para evitar accidentes y vivir en armonía con los demás.