La iniciativa ciudadana Gekko Lab, que construye prótesis con , pasó a ser una política pública del Departamento de Nariño (Colombia) y un ejemplo de cómo la sociedad puede cambiar la mirada de los gobiernos.

El pasado año, Nariño (sur de Colombia) acogió un laboratorio de innovación ciudadana organizado por la Secretaría General Iberoamericana (Segib), y de los doce proyectos, cinco ya fueron tomados por el gobierno regional para ser elevados a política pública.

En los laboratorios, ciudadanos de toda Iberoamérica proponen soluciones innovadoras para problemas comunes, pero muchas veces enquistados en las sociedades locales.

“Valery Sofía es una niña nariñense de 5 años, que padece una diversidad funcional en su brazo derecho y es la primera beneficiada de este nuevo programa, que genera prótesis más ligeras y manejables, con un coste 16 veces menor que las tradicionales”, según explicó la Segib, con sede en Madrid.

La menor participó, además, en la elaboración de la prótesis, como hacen todos los beneficiarios de estas piezas, que comparten sus necesidades con los creadores para que se ajusten a la medida y les ayuden eficientemente en todas las actividades.

La Gobernación de Nariño recordó en sus redes sociales que el conflicto armado entre el Gobierno colombiano y las FARC dejó en ese departamento “más de 900 personas con mutilaciones de extremidades”.

Incluso después de la firma del acuerdo de paz (2016), resultaron mutilados “cerca de 100 nariñenses más”, denunció.

En esas circunstancias, Gekko Lab planteó fabricar prótesis de plástico, pero igualmente eficaces, con un proceso “centrado en la persona beneficiaria, valor agregado que muy pocos productos de esta categoría pueden ofrecer”, aseguró la Gobernación.

Por el momento, ya se han entregado tres prótesis y están previstas otras ocho en lo que resta del año.