Samuragochi reconoció en la Japan Times que durante el menos veinte años ha contado con ayudantes que le han compuesto melodías.

El compositor perdió la capacidad auditiva, pero siguió trabajando en composiciones. Por esta situación, se le conocía en las tierras niponas como “el Bethoven de Japón”. La pérdida total del oído llegó con Onimusha.

Luego de muchos años, Samuragochi admitió que durante este tiempo ha pagado a un compositor anónimo para trabajar en sus proyectos de manera en que estos aparecieran únicamente con su nombre como único crédito. Así mismo, admite haberlo hecho por sus problemas auditivos.

Sin embargo, no toda su carrera ha sido un fraude; pues el compositor ya tenía una gran fama por la composición Hiroshima Symphony Nº 1, pieza en honor a las víctimas de la catástrofe nuclear.

La duda ahora es: ¿Quién es el compositor anónimo que Samuragochi pagó?