Si ya nos habíamos casi despedido de las actualizaciones y el soporte de Windows XP, ahora le sigue los pasos el Windows 7, para tristeza de muchos. A partir de este 1 de noviembre, Microsoft ya no distribuirá licencias de dicho sistema operativo a los fabricantes de Hardware.

Eso no quiere decir que ya nunca más podremos usar el Windows 7; de hecho, millones de usuarios aún siguen usando incluso el Windows XP. Eso sí, ya no tendremos actualizaciones oficiales ni soporte garantizado por parte de Microsoft, así que es riesgoso seguir usándolo.

Además, dejando de distribuir licencias, al comprar una computadora o un dispositivo ya no nos lo venderán con Windows 7, sino con un Windows superior. Esto no es problemático, el problema es para los que ya tienen instalado el Windows 7 en su aparato.

Para muchos es un verdadero drama cambiar de sistema operativo, quizás al Windows 8.1 o al Windows 10, aunque éste último recién estará disponible en el 2015.

Una de las razones por las que los usuarios no quieren cambiarse es porque simplemente ya se acostumbraron a su sistema XP o 7 tradicional, o probablemente sus computadoras no puedan resistir un Windows más avanzado por falta de potencia.

Fuente: gadgetos.com