Los usuarios detectaron que en sus agendas de repente aparecían personas que no conocían de nada, con notificaciones de nuevos usuarios en Telegram de diferentes partes del mundo.

Primero se pensó que se trataba de un ataque hacker, lo que podría perjudicar a los usuarios y a los propios creadores de Telegram.

Todo empezó con una actualización que mejoraba la sincronización de contactos con números locales, en particular por la necesidad de incluir el código de país o de ciudad.

Sin saberlo, al incluir esta función habían creado un bug en el sistema de sincronización de contactos, y de ahí que la agenda se llenase de usuarios desconocidos de los que podía ver la imagen de perfil y algunos datos personales, además de hacer inestable la app.

El bug se solucionó con una actualización, pero el daño ya está hecho.

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