En Johannesburgo, Sudáfrica, realizaron un experimento social que se volvió viral en YouTube, al mismo tiempo que reveló una de las realidades más oscuras de la sociedad en el mundo.

Primero, se puede apreciar a un baterista tocando la percusión en su casa, incesantemente y haciendo más ruido de lo necesario. Obviamente, como se trataba de una zona residencial, los vecinos no dudaron en protestar e ir a tocarle la puerta al joven, para pedir así que dejase de hacer ruido.

Sin embargo, esto no sucede después. El baterista intercambia el ruido de su instrumento por otra cosa: una grabación en donde se pueden escuchar los gritos de una mujer siendo violentada por un hombre. ¿Los vecinos fueron a reclamar y ver qué estaba pasando? Nadie lo hizo, aunque cada año 1400 mujeres son asesinadas por su pareja en esta parte del mundo y bajo esas circunstancias, en donde una simple ayuda pudo haber cambiado sus destinos.