Como solemos leer en muchos lugares, Apple se puede desplomar si sigue sin imitar las tendencias de otros fabricantes. Por ejemplo, si su iPhone 6 no se acerca a las 5 pulgadas, los usuarios dudarían en comprarlo. Los únicos que lo comprarían en realidad serían parte de la legión de seguidores que la marca aún conserva desde hace años.

Pero la legión de seguidores de Apple es también uno de los grandes problemas de la compañía. Es decir, cada vez hay menos compradores que quieran un iPhone como el primer smartphone de su vida. También, cada vez hay menos compradores que dejen a una marca para pasarse a Apple, como abandonar Samsung, Sony o Nokia para que su nuevo celular sea un iPhone.

Y la tendencia podría ser peor, según la consultora Sanford Bernstein, la cual es la que sostiene que el número de compradores que adquieren un iPhone sin haber tenido alguna de sus ediciones pasadas está disminuyendo.

Sanford Bernstein señala que Apple puede estar feliz, ya que según ellos se esfuerzan más por fidelizar a sus clientes habituales, pero revela que este 2014 solo un 37% de iPhones llegará a manos de un cliente que nunca haya poseído uno, mientras que en el 2015 esta cifra disminuiría en un 28%.

¿Conclusión?

Ventaja: Apple sigue manteniendo a sus clientes habituales y haciendo que éstos sean los que compren otro iPhone, sabiendo que es un smartphone muy bueno. Fidelizándolos.

Desventaja: Si no existen personas que opten por un iPhone como opción, sin haber tenido uno antes, entonces quiere decir que la compañía ya no ganará más clientes. Esto podría suponer su estancamiento, evitando que la compañía crezca más. Y si una empresa no crece es porque llegó a su límite. Si no crece, está en un buen riesgo de fracaso ya que la competencia no se detiene. Estancarse podría ser una buena estrategia, si quieres permanecer siempre en un mismo lugar o en tu “zona de confort”. Lamentablemente, en el mercado de la tecnología no funciona así.