Lo bueno debe regresar. El , que recorre los distritos de San Juan de Lurigancho hasta llegar a la playa La Chira, en Chorrillos, tiene más de 6000 años de historia. Miles de limeños, desde las culturas preincaicas hasta la actualidad, se han favorecido ¿beneficiado? de sus 29.5 kilómetros de recorrido de sus aguas, para regar sus campos de cultivo o abastecer sus ¿cisternas? ¿sus consumos?

A pesar de su importancia, hoy en día presenta serios problemas que pueden hacerlo desaparecer. Ante la falta de lluvias en la sierra, el cambio climático, la disminución del caudal en el río Rímac y la poca existencia de plantas de tratamiento para la mejora de la calidad del agua, hacen que este pequeño cauce, usado en un 80% para regar los cientos de parques que existen en la capital, se encuentre en un estado de abandono preocupante.

	Uno de los problemas que tienen los espacios abandonados del Canal de Surco es la contaminación. (Foto: Lima Milenaria)
Uno de los problemas que tienen los espacios abandonados del Canal de Surco es la contaminación. (Foto: Lima Milenaria)

Por ejemplo, en la zona de San Juan de Lurigancho, distrito en donde nace este canal, hay vecinos que arrojan sus desperdicios al cauce, lavan allí la ropa, e incluso toman agua de esta acequia milenaria para transportarla a sus reservorios particulares, sabiendo que no es apta para el consumo humano.

Entonces, ¿cómo volver a poner en valor esta histórica infraestructura hidráulica? Uno de los grandes retos para el ordenamiento urbanístico de la zona y la mejora su calidad ambiental y paisajística es su recuperación. ¿Cómo lo harán si existen viviendas, pistas y veredas que pasan por encima del canal? ¿Volverán estas aguas a ver la luz? Aquí te lo explicamos.

salvando el canal de surco

No dejarlo morir, es una de las consignas que el municipio de Surco, a través de la Subgerencia de Limpieza Pública, Parques y Jardines; y la Comisión de Regantes de Surco, tienen en mente.

Ambos trabajan en conjunto para mejorar la gestión del agua del Canal de Surco, e incluso cuentan con mecanismos para su tratamiento y distribución a los más de 50 parques que posee el distrito.

“Surco cuenta con una extensión de canal abierto 5 kilómetros, desde la avenida Angamos hasta el límite con Chorrillos. Para tratar el agua que sirve para regar nuestros 52 parques, se han instalado rejillas a fin de frenar el pase de residuos sólidos. Estas están ubicadas cerca al cementerio general de Surco y la tradicional Plaza de Armas”, indicaron representantes de la Subgerencia de Limpieza Pública, Parques y Jardines.

Asimismo detallaron que para mejorar la limpieza del canal se han construido plantas de tratamiento como la ubicada en Intihuatana, norte del distrito, que puede ser visitada por cualquier vecino del distrito de forma gratuita. “Este espacio no solo sirve para limpiar las aguas del caudal, sino para que los residuos sólidos que se capturan sean utilizados para el reciclaje. Desde aquí los camiones cisternas se abastecen y parten para distribuir el agua a los espacios verdes”.

¿Será eso suficiente? La Comisión de Regantes de Surco indicó que no sólo se piensa en limpiar las aguas del canal de Surco, como ya lo está haciendo el Concejo, sino también en aprovechar sus posibilidades y ponerlo en valor. “Se espera adecuar el canal para poder construir, por ejemplo, ciclovías, monumentos, etc”.

  • Dato: Este sistema de limpieza ha sido replicado por otros distritos como San Isidro y San Borja quienes, a fin de cuidar el medio ambiente, se unen a una campaña para recuperar los espacios públicos.

el futuro del canal de surco

¿Qué le espera al Canal de Surco en los próximos años? En el marco de , workshop internacional que cada año organiza la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Pontificia Universidad Católica, entrevistamos al arquitecto Carlos Seoane, autor de proyectos de recuperación paisajística tan singulares como el premiado Mirador de Pedra de Rá, en el ayuntamiento de Riveira (A Coruña – España).

Seoane desarrolla diversos proyectos en Latinoamérica, en colaboración con el ingeniero José María Pérez – San Vicente, experto en eficiencia energética y sostenibilidad y director de empresa consultora de ingeniería . Destacan por su interés y actualidad el primer gran hotel urbano diseñado con criterios bioclimáticos, de eficiencia energética y sostenibilidad, que se construirá próximamente en Managua (Nicaragua), o el proyecto de recuperación de contenedores para su uso como espacios de trabajo o unidades habitacionales en Ecuador.

	Carlos Seoane, fundador del CA institute, una institución docente dedicada a promover internacionalmente la arquitectura gallega. (Foto: Rommel Yupanqui)
Carlos Seoane, fundador del CA institute, una institución docente dedicada a promover internacionalmente la arquitectura gallega. (Foto: Rommel Yupanqui)

Seoane nos explicó que el canal desempeña un importante papel vertebrador del tejido urbano de Lima, sin embargo, debido al desarrollo inmobiliario incontrolado y el retraso administrativo que acumulan las licitaciones de las obras de mejora planteadas, este protagonismo se ha ido reduciendo gradualmente. “Conforme crecen la población y el nivel bienestar, la sociedad va a exigir que el canal no solo sirva para regar los parques, sino que también pueda convertirse en un generador de espacios públicos. Esta infraestructura tradicional es un elemento vivo, un elemento dinámico, capaz de vehiculizar la mejora de la calidad medioambiental de su entorno”.

Detalló que una de las formas para poder recuperar el Canal de Surco es la creación de un “cinturón verde” con la finalidad de que nuevamente se pongan en valor sus 29.5 kilómetros, sin alterar lo que ya brinda la naturaleza.

“Sabemos que hay zonas canalizadas, ocupadas, pero es ahí dónde se pondrá a prueba la creatividad y el ingenio urbanístico de los arquitectos. No hay que dase por vencido. Tengo entendido que hay empresas o industrias que están a punto de desaparecer. Es una buena oportunidad para reubicarlas, ganar terreno y así recuperar parte del canal cimentado. Éste no es un proyecto de 1 año, 2 años… puede durar hasta 20 años. Llevará tiempo, pero no es imposible”, enfatizó.

	Carlos Seoane participó de expositor en el último WorkShop de Limapolis 2017 desarrollado en la Pontificie Universidad Católica. (Foto: Rommel Yupanqui)
Carlos Seoane participó de expositor en el último WorkShop de Limapolis 2017 desarrollado en la Pontificie Universidad Católica. (Foto: Rommel Yupanqui)

Dijo además que, conforme la sociedad avanza, exige más espacios públicos, más espacios naturales y entornos ecológicos. “Cada vez es más habitual que las personas ocupen su tiempo de ocio practicando deportes como, por ejemplo, correr, nadar o andar en bicicleta. Se puede habilitar un sendero pensado para recorridos ciclistas de fin de semana. Esto sin alterar lo que ya nos brinda el canal. Aprovechar los recursos y materiales que nos da la naturaleza para, mediante diseños e intervenciones adecuados, darle mayor protagonismo y realzar su valor”.

Finalmente Seoane añadió que en menos de 20 años habrá una revolución que afectará a todos los sectores, desde la electricidad, hasta los edificios, pasando por la industria, el transporte o la agricultura. Es una realidad irreversible dónde la ingeniería y la arquitectura han de ir de la mano en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio natural. “No es un problema sobre diseño entre arquitectos, urbanistas e ingenieros, tampoco de decisión política. Es una demanda social. Al final las cosas ocurren no por visionarios, sino porque el pueblo lo demanda”.

Por Rommel Yupanqui (Twitter: )