Nuevos análisis del ADN mitocondrial (el que procede de la madre) han permitido arrojar luz a la relación entre los neandertales y los humanos modernos, que se cruzaron en Europa hace entre 470.000 y 220.000 años, mucho más tarde de lo que se creía hasta ahora.

Son los resultados del análisis del fémur de un individuo neandertal hallado en la cordillera montañosa de Swabian Jura, también conocida como los Alpes de Swabian y situada en el suroeste de la actual Alemania.

Esto significa, explican los expertos, que este cruce entre especies podría haberse producido hace entre 220.000 y 470.000 años.

Hasta ahora, los análisis del ADN nuclear (heredado de padre y madre) de neandertales y humanos modernos estimaban que la separación entre estos dos grupos tuvo lugar hace entre 765.000 y 550.000 años.

Sin embargo, el análisis del ADN mitocondrial establece una línea diferente ya que demuestra que los primeros neandertales europeos recibieron una contribución genética de homínidos próximos a los humanos modernos procedentes del continente africano mucho más tarde de lo que se creía.

La investigación, desarrollada por el Instituto Max Planck y la universidad de Tübingen, ambos en Alemania, y que se publica en la revista Nature Communications, ofrece una cronología diferente en la complicada relación entre los neandertales y los humanos modernos.

Los autores consideran que existió una migración desde África de un linaje de homínidos más próximo a los humanos modernos, la cual tuvo lugar después de que los antepasados de los neandertales ya se hubiesen asentado en Europa.

Esos homínidos africanos se mezclaron con aquellos neandertales primitivos y les dejaron su huella genética, que pasó a la población europea.

Asimismo, este nuevo estudio indica que el ADN mitocondrial de los neandertales es más parecido al de los humanos modernos, lo que apunta a que ambos tienen un antepasado común más reciente, más aún que los parientes nucleares cercanos de aquellos, los denisovanos.

No obstante, se necesitarán más evidencias para poder validar este escenario y definir los límites temporales de ese cruce genético.

“El hueso, que presenta signos de haber sido roído por un carnívoro grande, aporta datos genéticos mitocondriales que constatan que pertenece a un neandertal”, dice en referencia al citado fémur el responsable de este estudio, Cosimo Posth, del Instituto Max Planck.

Fuente: EFE

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