Tener varias relaciones de pareja es algo cotidiano y que, al menos en la mayoría de los casos, no resulta complicado. Otra cuestión muy diferente es encontrar a la persona de la que realmente estemos enamoradas y que nos haga sentir correspondidas.

Quien llamamos alma gemela no es alguien que tenga una idéntica manera de ser a la nuestra. Lo que sí debe guardar en la misma medida es la capacidad de amar y ser amado para construir un futuro juntos.

Sin embargo, puede ocurrir que al comienzo el “susodicho” no haya aclarado completamente lo que siente o le falte mayor decisión para confesarse ante nosotras. Para esos casos siempre es propicio realizar un hechizo para atraer al alma gemela, que no obliga a la otra persona a amarnos en contra de su voluntad, sino que le da el “empujoncito amoroso” necesario para vivir la relación que ambos deseamos.

Este hechizo debe llevarse a cabo un viernes de luna creciente entre las 3 y las 5 de la madrugada, que es el tiempo propicio para llamar al amor y la unión. Sus ingredientes son: una vela de lavanda, un papel pergamino blanco, una bolsita de seda o raso, una cajita de madera y aceite de lavanda.

El procedimiento consiste en encender la vela que debe mantenerse prendida, por lo menos, 20 minutos y sentarse cómodamente, respirando de manera profunda e imaginando que una luz blanca (la Fuerza Vital Universal) llena nuestro cuerpo y espíritu.

Luego de unos minutos, hay que escribir en el flanco izquierdo del papel nuestro nombre y en el derecho el de nuestra alma gemela y nuestros buenos deseos hacia ella. Luego debemos leer lo que escribimos en voz alta durante seis veces ininterrumpidas.

Al terminar la lectura habrá que doblar el papel y guardarlo en la bolsita, agregando 3 gotas del aceite de lavanda antes de amarrarla. Finalmente, habrá que poner todo en la cajita de madera y guardarla en un lugar hacia el este de nuestra ubicación actual.

No olvidemos pedir por el bienestar de nuestra alma gemela todos los días antes de dormir para que el hechizo surta efecto. Pero lo más importante es recordar que nuestro ritual no servirá para forzar su voluntad, sino para animarla a decidirse y ello implica que realmente sienta algo por nosotras y no se trate de un espejismo de amor.

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