Paloma Fiuza asumió con valentía el reto de comerse un rocoto entero con todo y raíz. Tras unos minutos de mordidas, la brasileña empezó a sufrir el efecto del picor.

En medio de sus esfuerzos, Fiuza tuvo que tomar agua para soportar el reto. Sin embargo, el tiempo terminó antes de poder comerse las raíces.

Por su parte, otros combatientes tuvieron que comer hormigas, una pata de chancho, etc.

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