La Monsefuana no pudo ocultar sus sentimientos hacia Manolo y lo sorprendió con un beso.

Todo sucedió durante la fiesta en la casa de los Gonzáles, evento al que Monserrat asistió con un vestido rosado muy glamoroso.

La Monsefuana estaba decidida a todo y cuando finalmente encuentra a Manolo no dudó en revelarle su amor para luego estamparle un beso.

El hijo de Peter se quedó boquiabierto, mientras que Monserrat, con una sonrisa entre los labios, regresó a sus labores.