Tito llegó con un ramo de rosas a la casa de los Bogani con las ganas de declarar su amor a su amada Marishenka, pero la sorpresa se la llevó él al encontrar en la puerta a la madre de Cayetana besando a su esposo, escena que le rompió el corazón e hizo caer el ramo de rosas al suelo.
“Lo siento señora Marishenka pero yo aquí salgo sobrando. Rompí la regla número uno de todo buen chofer y eso es estar más pendiente de sus ojos en el espejo retrovisor que del tráfico afuera”, dijo Tito luego de interrumpir el apasionado beso entre los esposos Bogani.
El mejor amigo de Pepe no temió declarar su amor a Marishenka a pesar de estar frente a su esposo Sebastian que acababa de llegar de Argentina, asegurando no poder continuar trabajando con ellos por el nacimiento de un profundo amor hacia ella.
“Lo siento señora Marishenka pero seguir a sus servicios sería poner en peligro la vida de ambos. Mis ojos empañados por la pena ya no son seguros tras al volante. Eso sí, me voy con la satisfacción de haber vivido mis mejores días a su lado”, agregó el exchofer de los Bogani.