Inmediatamente que abandonó el avión, la cantante se dirigió a la tienda Lovestore en la que en menos de cinco minutos gastó cerca de mil 260 dólares en ropa interior, juguetes sexuales, unas esposas de cuero, velas perfumadas y aceites de baño.

“Ella sabía exactamente lo que buscaba, no quería ninguna ayuda cuando llegó a escoger lo que compraría”, dijo un testigo de la tienda.

Otros testigos, señalan que al salir de la tienda, la barbadense sonreía de oreja a oreja y parecía tener prisa por volver a su hotel.