En medio de torres de vinilos, LP’s, discos y cientos de afiches de sus años dorados junto a los fallecidos Pedrito Otiniano y Lucho Barrios, un nostálgico Chalo Reyes recibió a Peru.com para compartir los más tiernos momentos de El Señor del Bolero.

“Se nos fue un grande. Pedrito Otiniano era conocido y querido en Chile, Ecuador y todo el Perú. Su trabajo y su talento recorrió Japón, Italia y otros países porque la colonia peruana siempre lo reclamaba. Junto a Lucho Barrios, son las dos voces más importantes del bolero. Voy a extrañar a mi amigo, porque antes de ser un gran artista, fue una maravillosa persona”, contó Chalo con un triste semblante.

AMIGO SIMIO

Entre las múltiples anécdotas que compartió con Otiniano, Reyes no pudo evitar emocionarse al recordar la amistad del desaparecido bolerista con un simio. “Pedrito era bastante gracioso, una vez un empresario lo llevo a Iquitos, donde se compró un monito de bolsillo que lo acompañaba en todos sus conciertos. Él compartía su almuerzo con el monito y siempre le invitaba vino (risas). En una ocasión, el monito bebió tanto vino que se escapó en pleno teatro mientras Pedrito cantaba. Al final de la función, pudimos capturarlo y Pedrito se puso a renegar gritándole al mono y preguntándole por qué se había portado mal”, cuenta Chalo Reyes sonriendo y con los ojos cerrados, como si se trasladara mentalmente a los escenarios junto a su inseparable amigo.

Pedrito Otiniano será velado desde las 3 y media de la tarde en el Museo de la Nación, tal como lo pidió su hijo Pedro Martín Otiniano. El público podrá acercarse a darle el último adiós a una de las voces más grandes de la música romántica peruana y latinoamericana.

Álvaro Rondón