El que fuera mánager de Pearl Jam entre 2006 y 2010, Rickey Charles Goodrich, ha terminado admitiendo ante la justicia estadounidense que robó durante ese período un total de 380 mil dólares a la banda.

Gracias a su cargo como director financiero de Curtis Management, la empresa encargada de gestionar las finanzas de Pearl Jam, Rickey tenía acceso a todas las cuentas y podía ordenar movimientos a su antojo.

Las sospechas de algunos miembros de la banda derivaron en la contratación de un detective privado, que con relativa facilidad pudo constatar que, efectivamente, se estaban produciendo operaciones al margen de la legalidad, tal y como explica el Seattle Weekly.

Con estas cantidades de dinero robadas, Rickey Charles Goodrich saldó deudas personales y se hizo a sí mismo regalos como sesiones de spa, vacaciones familiares y caros vinos californianos. La tarjeta de crédito de su esposa también salió claramente beneficiada.