Miguel Bosé es de esos artistas con una carrera tan amplia y prolífica que todo se le perdona, todo se le aplaude y con justicia se le admira. Transgresor, sugerente y sexual, el ‘Papito’ tomó por asalto nuestra capital.

Luego de una semana particular, en la que sus reacciones ante las preguntas de la prensa fueron noticia, el español nacido en Panamá, brindó “uno de sus mejores shows en años” – como él mismo dijo – a un público fiel y gran amante de su carrera que vibró con lo mejor de su espectáculo “Papitwo” en el Jockey Club del Perú.

Minutos antes de las 21:00 horas, el artista salió a escena vistiendo un saco lila y una camisa floreada, acompañada de un chaleco de algodón a cuadros. Acompañado de sus coristas y sus músicos, el cantante dio vueltas por el escenario interpretando “Mirarte”, que siguió con temas como “Nena”, “Sol forastero”, “Olvídame tú”, “Gulliver”, y “Partisano”, canción con la que reafirmó su compromiso de vida por luchar para pacificar el mundo. “Soy un hombre de paz, todos los días lucharé para que la paz sea un derecho”, agregó.

ABRAMOS LAS PIERNAS

“Buenas noches a todos, esta noche vamos a celebrar algo que hemos construido durante 37 años de carrera como es la música. Sin ustedes, no habríamos hecho esto que tanto nos gusta. Bienvenidos amigos y amigas, abran vuestro corazón, vuestras almas y vuestras piernas si así lo deseáis”, dijo Miguel Bosé, sonrojando a los presentes que tímidamente reían por el cumplido.

El escenario, que contaba con una docena de cortinas que subían y bajaban desde el panel de luces envolvieron a la banda y al cantante para levarse y mostrar un largo sillón, en el que el español tomó asiento junto a sus músicos y dio pase a la segunda parte del show que incluía grandes éxitos de su carrera.

“Morir de amor”, “Don diablo”, “Creo en ti”, “Amiga”, “Linda”, fueron algunas de las canciones que arrancaban suspiros entre el público. La hinchada de Miguel Bosé se mostró eufórica y fiel. Los miles de asistentes se mimetizaron con el divo español que no dejó de lado los agradecimientos y mensajes de cariño hacia los presentes. Mención honrosa a la interpretación de “Nada particular” que además de ser una de sus canciones más populares, dedicó a los inmigrantes y llamó a la reflexión: “Sé que soy un mejor hombre desde que practico la solidaridad”, dijo.

MORENAS SUYAS

El espectáculo se iba alargando por más de una hora y media, y el intérprete ibérico sacó del baúl una de las canciones más esperadas de la noche. “Morena mía” fue dedicada no sólo a las morenas, sino a todas las mujeres presentes, a quienes el músico llamó “mamitas” y quienes gritaban promesas de amor por él.

Luego de despedirse, tras interpretar el tema “Como un lobo”, el público no dejó que la partida fuera de fácil y al unísono gritaban “Bandido”, en referencia a la exitosa canción de Miguel Bosé.

Tras volver e interpretar “Si tú no vuelves” y “A punto de”, el cantante le cumplió el capricho a sus fans y les regaló la canción emblema que le dio a su carrera uno de los giros más importantes a mediados de los ochentas. Aquella canción de cuyo disco, el mismo Andy Warhol diseñó la portada, y lo lanzó a la categoría de ícono musicales: “Amante bandido” seducía al público, mientras un cómplice Bosé aprovechaba las sugestivas letras de la estrofa para coquetear y acariciar a sus guitarristas.

Terminada la euforia, el español se despidió con un “hasta siempre”, pero el público quería más. Al ver la insistencia del público, y a pesar de ya haberse despedido junto a su banda, Miguel Bosé decidió regalarles una canción más.

“¿Una más? Está bien. Esta canción no suelo tocarla pero lo haré esta noche y se la dedicaré a mis empresarios, que cumplen 20 años de casados”, este fue el preámbulo para que el cantante interprete la emotiva “Te amaré”. Con las manos en alto y el corazón expuesto, el público inundó el Jockey Club de sentimiento.

Con la promesa de volver “cuántas veces el público peruano lo quiera”, Miguel dejó el escenario para llevarse el recuerdo y reafirmar con justo derecho ese espacio que conserva en el corazón de miles. Su fanaticada, fiel y entregada, esperará con ansias verlo nuevamente en un escenario de nuestra capital. ¿Se vendrá el Papithree?

Por: Robinson Reyna (@rob_core en Twitter)