El primer show de Justin Bieber en Santiago de Chile fue presenciado por 50 mil eufóricas fanáticas, siendo un éxito en taquilla. Pero la crítica disparó contra el ídolo pop, resaltando el uso de playback en varios momentos de su espectáculo, donde cantó, bailó y saltó utilizando pistas grabadas en muchas de sus canciones.

“En esa dinámica, un truco técnico: el reiterado uso de playback y pistas grabadas en las piezas más enérgicas y bailables. A sus fans les importó poco: seguían gritando cuando subió a una joven de nombre Romina en ‘One Less Lonely Girl’, cuando se atrevió a tocar batería en ‘Beauty and a Beat’, cuando apareció sin polo en ‘As Long as You Love Me’ o cuando en el cierre todas se lanzaron a corear ‘Baby’”, escribió el diario La Tercera.

La fiebre por el ídolo adolescente Justin Bieber llegó a Santiago de Chile, donde miles de fanáticos esperaron acampados desde hace días su concierto en el Estadio Nacional. Los desmayos, las lágrimas y los gritos de las fanáticas que apenas rozan la pubertad, marcan el ritmo de la interminable fila que formaron los apodados “Beliebers”, fanáticos de este artista que ha puesto de moda la hoja de arce, símbolo de su país natal, Canadá, entre los atuendos adolescentes.

Durante la “Believe Tour”, su gira latinoamericana, el cantante pop de 19 años ha protagonizado algunos episodios polémicos. En Brasil, después de ser grabado haciendo una pintada, se le vio salir de un prostíbulo de Ipanema, al igual que en Colombia, donde además encendió el debate en las redes, tras conocerse que pintó un grafiti en Bogotá, mientras los tribunales dirimen el caso de un joven grafitero que murió presuntamente a manos de policías.

En Argentina, Bieber no logró concluir su último concierto, en un estadio bonaerense, por “una intoxicación alimentaria severa”, según indicó su representante. Muchos argentinos no pudieron escuchar éxitos como “Baby” o “Never say never”. Después de su paso por distintas capitales latinoamericanas, Bieber finalizará su gira el próximo 19 de noviembre en Ciudad de México.

EFE