Lima se dejó someter por el pegajoso ritmo de la bachata. Los aclamados Juan Luis Guerra y Romeo Santos brindaron un espectacular concierto que mantuvo al público por más de 4 horas bailando sobre su asiento. Desde las 7:00 de la noche, miles de personas realizaban largas colas a los alrededores del Estadio Nacional para no perderse la gran fiesta latina. Revendedores y ambulantes, como ya es costumbre, no desaprovecharon el momento e hicieron su agosto vendiendo decenas de productos a precios inflados.

Cerca de las 9:00 de la noche, el exlíder de Aventura, Romeo Santos salió al escenario con toda su artillería. Acompañado de su banda, en la que destacó un virtuoso guitarrista que hizo chillar la primera cuerda de su instrumento a su antojo. El público femenino no fue esquivo al cantante de origen boricua y se derritió ante su peculiar –y casi susurrante- tono de voz. Romeo, consciente de su impacto con las damas, se dedicó a enviar besos volados, promesas de amor y entusiasmar a todos con gritos como “Viva el Perú”.

LA FAN MÁS ODIADA

Dos momentos cumbres en su show se dieron cuando pidió la ayuda de un caballero del público para interpretar “Ella y yo”, canción que comparte créditos con Don Omar. Tras dos intentos fallidos, un emocionado integrante del público saltó a la tarima y sin temor alguno se entregó a la improvisación al mismo estilo del “Don”. Por otro lado, y casi para cerrar su show, Santos pidió esta vez una presencia femenina sobre el escenario. Por ello eligió a una eufórica joven, que al verlo se lanzó sobre él y no dejó de llorar por estar a centímetros de su ídolo.

Minutos antes, los miembros de su orquesta sorprendieron al artista cantándole el “cumpleaños feliz” (el bachatero cumple 32 años el 21 de julio) y bajo este pretexto, Romeo aprovechó para cumplirle el sueño a su entusiasmada fan, que no dejaba de llorar: “Hoy es mi cumpleaños, pero yo te regalaré una canción”, dijo e inmediatamente se dejó besar por ella en la boca y le cantó “Solo por un beso”. No cabe duda que por unos minutos, la joven se convirtió en la mujer más odiada del Estadio Nacional.

A SON DE GUERRA

Cerca de la medianoche, el escenario resplandeció para recibir a Juan Luis Guerra y su orquesta “4.40”. El público supo responder con todo el respeto que merece uno de los artistas latinos más exitosos, con más de 20 millones de discos vendidos en todo el mundo y 18 premios Grammy en su haber.

Mención aparte la que se llevó la orquesta del cantante dominicano. Con total destreza, cada uno de sus músicos demostró su talento en cuanto momento del show se lo permitiera, destacando todo su fila de percusionistas, quienes a pura muñeca regalaron sonoros ensambles de percusión.

Por más de una hora y media, acompañado de un público que nunca dejó de bailar, Juan Luis Guerra dejó todo su encanto y sencillez en el escenario. Cabe precisar que compartió roles con Romeo Santos en la canción “Frío, frío” y no dejó de lado sus grandes éxitos como “Ojalá llueva café”, “Burbujas de amor”, “Las Avispas”, “A pedir su manos”, “Me sube la bilirrubina”, entre otros, repasando lo mejor de su discografía. Pasada la 1:00 de la madrugada, culminó el show y el público se retiró del coloso deportivo, pero con el corazón acelerado y moviendo los pies por inercia.

Por: Robinson Reyna (@rob_core en Twitter)

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