En una íntima velada, el trovador español Ismael Serrano presentó su nuevo disco ‘Aprender a vivir’ y le regaló a Lima una mágica noche donde la música con la poesía fueron las protagonistas. Con la sapiencia de un libro abierto, el músico tocó el alma de más de mil personas que lo fueron a ver al C.C. Scencia de La Molina.

Serrano representa a la generación de nuevos trovadores noventeros, que toma su influencia de grandes autores como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat y Silvio Rodríguez, además de poetas como Mario Benedetti o Luis García Montero.

En una impecable escenografía, que captó mucho la atención por emular el interior de un departamento, el intérprete hizo su aparición poco más de las 9:00 de la noche, luciendo de vestir con camisa, corbata, chaleco, y un sombrero que lanzó de un extremo a otro del escenario para emplazarlo en un erigido perchero, con notable destreza.

Con su característica voz, el cantante arrancó el show con ‘Vuelvo’. “Buenas noches, familiares y amigos, bienvenidos a nuestra casa. Póganse cómodos, si gustan el baño está al fondo a la izquierda”, dijo el español refiriéndose a su escenografía y desatando risas en el público.

DESDE EL ESCENARIO

Luego de terminada la canción ‘Amores imposibles’, Ismael Serrano no tuvo mejor idea que preguntar entre el público, cuántas personas venían desde fuera de Lima, y les pidió que levanten la mano. “A los que levantaron la mano, si les apetece pueden venir a ver el concierto desde aquí”, dijo el iberico, dando paso a que la gente se ubique entre los muebles y sillas que ornaban su escenario.

Siguieron canciones como ‘Fragilidad’, ‘Te vas’, ‘Amo tanto la vida’, ‘Podría ser’, ‘Canción de amor propio’, entre otras joyas de la nueva trova.

Durante las más de dos horas que duró el espectáculo, Serrano contó historias de cada uno de los miembros de su “vecindario”, en alusión a su escenografía. Incluso no dudó en hacer una crítica a las redes sociales. “Vivimos cada vez más aislados. Tenemos miles de amigos en las redes sociales, pero desconocemos que le pasa a la persona que vive en la perta de enfrente”, recalcó.

El artista cerró su show con ‘Triste historia de amor’ ovacionado en aplausos y dejándonos la ilusión de volver a vernos lo más pronto posible. Una vez más, la magia de la trova tocó nuestros corazones y conectó nuestro mundo con el de un entregado artista, que a la luz tenue de los reflectores, nos hizo sentir como en casa. Solo faltó la copa de vino.

Robinson Reyna

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