A pesar de tener tres décadas de carrera a cuestas, Los Fabulosos Cadillacs demostraron ser una banda de armas tomar que converge la energía, entrega, pasión y fuerza de unos adolescentes. Tras hacer de las suyas en Arequipa y Cusco días atrás, el grupo liderado por Vicentico no podía dar menos en nuestra capital, y convirtió el Estadio Nacional en una fiesta colectiva.

Pero antes de narrar la intensa experiencia Cadillac, es bueno contar quienes prepararon el terreno para este show y sin duda, dejaron a Lima más que satisfecha.

Desde las 5:00 de la tarde, las puertas del coloso se abrieron y mostraron en escena a los peruanos Mosto Verde, los Chapillacs y los uruguayos No Te Va Gustar, quienes repitieron el plato en Lima, a menos de un año, pero ante un público masivo y en un escenario más grande.

A las 8:30 de la noche, el Nacional – que aún se encontraba a la mitad de su capacidad – recibía a los grandes The Wailers, quienes pusieron la cuota reggae en este minifestival y revivieron recordados éxitos interpretados por quien en vida fue el máximo ídolo de este género: Bob Marley.

Seguidamente, Miki González – quien experimentó notorios problemas técnicos al inicio de su show – despertó al público con grandes éxitos de su carrera rockera. A las 10:00 de la noche, la fusión se apoderó del recinto con La Sarita, banda que vio en su frontman Julio Pérez, al responsable de entusiasmar aún más a la audiencia, a pesar de que a muchos el alcohol ya les empezaba a cobrar factura.

SATÁNICOS GENIOS DEL DUB

Minutos antes de las 11:00 de la noche, el escenario ya se encontraba listo para recibir al grupo argentino. A las 11:15 de la noche, el característico tema de la película James Bond (usado como introducción a su show) marcó el inicio del concierto y las inconfundibles notas de “Manuel Santillán, el León” subieron las revoluciones en el Nacional.

Sin tregua alguna, el grupo siguió su show con adrenalínicos temas como “La luz del ritmo”, “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “Demasiada presión”, “El genio del dub” y no bajó hasta “Calaveras y diablitos” en la que el público se dio un pequeño respiro.

A pesar de que siempre hemos reclamado las actitudes de cierto público, que prefiere grabar los conciertos con sus celulares en lugar de disfrutarlo, daremos fe – con mucho gusto – que este no será el caso. Los casi 20 mil asistentes dieron señales de entrega y se mimetizaron con los argentinos saltando, cantando, pogeando y viviendo la fiesta como si de la última noche de sus vidas se tratara.

EL REGRESO DE ASTOR BOY

A cuatro años de su debut en un escenario (fue en el show de la Plaza de Acho, en 2009 que lo vimos), el hijo del bajista Sr. Flavio, Ástor ‘Boy’ Cianciarulo regresó como baterista invitado de la banda, ya convertido en un adolescente, y para demostrar que el talento no se hurta… se hereda.

El joven acompañó a Los Fabulosos Cadillacs en los temas “Nosotros egoístas” y “The guns of Brixton” (cover de The Clash). Para estos temas, se realizaron cambios en la alineación: el Sr. Flavio se apoderó de las voces, mientras Vicentico cogió el bajo, aunque con algunos problemas pues el instrumento estaba calibrado para un zurdo.

Siendo ya medianoche, y con un público que no daba señales de fatiga, la banda argentina sacó debajo de la manga las canciones más esperadas por todos: “Carnaval toda la vida”, “Matador” y “Mal bicho”, las mismas que provocaron un éxtasis grupal y levantaron polvo en el recinto. Con “El satánico Dr. Cadillac”, el grupo se despidió del escenario, para volver luego de unos minutos de receso, por más. El sonido más salvaje y visceral se oyó en el Nacional con “V Centenario”.

Completaron el concierto “Silencio hospital”, “Vasos vacíos” y “Yo no me sentaría en tu mesa”, la misma que cerró la noche con una horda de gente saltando y bailando. En lo más inclemente del invierno limeño, Los Fabulosos Cadillacs nos trajeron una cuota de calor humano y ese ritmo frenético, salvaje, intenso – quizás satánico – que se apoderó de nuestros pies, de nuestros cuerpos, y nos hizo olvidar por un momento las bajas temperaturas.

Por: Rob Reyna (@rob_core en Twitter)