El policía número 503 de la comisaría de Westminster de Londres pasó a la historia por ser el agente que subió a la azotea donde Los Beatles tocaban la canción “Get Back” y les obligó a parar su última actuación en directo.

Ese día, los cuatro de Liverpool se subieron a la azotea del número 3 de Savile Row en Londres, sede de Apple Corps, y, durante 42 minutos, tocaron y grabaron para el documental “Let it Be”, entre ellas su memorable “Get Back”, un poderoso “I’ve Got a Feeling”, y hasta una breve versión del himno británico.

“Fue estupendo porque era al aire libre, algo poco habitual para nosotros”, declaró Paul McCartney en el libro “Antología”, no sin lamentar que alguien desconectara el equipo de sonido cuando fue requerida la suspensión del improvisado concierto por la policía.

Sin duda, contaríamos otra historia si los Beatles hubieran sido arrestados. Pero no es fácil detener a la gente con dinero y menos si tienen talento, como es el caso.

La banda tocó hasta que las quejas de los vecinos de la zona llevó a la policía a poner fin al concierto. Varias de las canciones terminaron por incluirse en el disco Let It Be.

Al día siguiente, 31 de enero, The Beatles grabaron algunas otras canciones que podían interpretarse en directo (como los temas “Let It Be” o “For You Blue”), con lo que se puso fin a las sesiones para aquel disco.

El concierto es recordado hasta nuestros días como una revolución en la música. EFE