El músico estadounidense , autor de centenares de canciones, entre ellas la célebre “Killing me softly”, se encuentra en Cuba para celebrar sus 55 años de carrera musical con dos conciertos en los que le acompañarán sobre el escenario algunos grandes nombres de la música de la isla.

Fox, un enamorado de la música cubana desde hace décadas, llevará los próximos 30 de junio y 1 de julio al Gran Teatro de La Habana el espectáculo “Havana Dreams”, con el que cumplirá su sueño de tocar en directo con una orquesta enteramente cubana en la que estarán, entre otros, Ruy Lopez-Nussa, Juan Kemell y miembros de la célebre Orquesta Aragón.

En el concierto, la octogenaria diva del Buenavista Social Club, Omara Portuondo, cantará junto al joven cantautor Cristian Alejandro el tema “Killing me softly” que popularizó Roberta Flack y ha sido interpretada en más de 3.000 ocasiones.

Fox adelantó que en el concierto sonarán varios de sus grandes éxitos, pero también “charanga” que escribió en su juventud, jazz, swing, boleros y mambos, además de cuatro canciones que escribió para estrenarlas en Cuba, donde quiere tocar “música que haga que la gente se levante a bailar”.

Además de los dos espectáculos en el Gran Teatro, mantendrá la próxima semana un encuentro privado en la Fábrica de Arte al que podrán acceder todos los músicos cubanos que quieran acercarse al lugar para compartir una noche de ritmos y “descargas”.

Tras su debut en La Habana, “el comienzo de una gran aventura”, queda por concretar parte de su gira de celebración, aunque ya tiene previstos conciertos en Nueva York y en California.

Sobre el enfriamiento en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tras la llegada al poder de , el compositor opinó que la música es “el mejor de los puentes entre diferentes personas y distintas culturas” porque “habla directamente al corazón y apela a los sentimientos”.

“Siento un gran afecto por los cubanos”, subrayó, y consideró que los intercambios culturales de este tipo son beneficiosos para ambos países.

Una filosofía que también comparte el anfitrión de Cuba, el compositor Edesio Alejandro, que fue en 2017 el primer cubano en entrar a formar parte de la Academia de las Artes y las Ciencias de EE.UU. como miembro activo.

Considerado un “puente viviente de la música entre Cuba y EE.UU.”, sostuvo que “la política va por un lado y la música, por otro”, porque mientras la primera “rompe”, la segunda “une”. EFE