Como “el mejor del año” en Chile fue calificado el concierto que Bruce Springsteen ofreció anoche en el Movistar Arena de Santiago, donde el músico se presentó ante 10 mil personas, se tiró al público, bailó con algunas de sus fanáticas y hasta besó a una peruana que subió al escenario mientras interpretaba su clásico “Dancing in the Dark”.

Con tres décadas de retraso, el cantante estadounidense debutó en Chile, a los 63 años, con un apoteósico concierto de tres horas y media al que asistieron unas 10 mil personas que bailaron, cantaron y, literalmente, se arrodillaron ante El Jefe. Acompañado de su inseparable grupo, la E Street Band, el músico saldó una deuda pendiente.

El músico estadounidense interpretó en un perfecto español la canción “Manifiesto”, del asesinado cantautor chileno Víctor Jara, a quien Springsteen, que se declara un “músico político”, admira profundamente. Ese fue el momento más emotivo de un concierto sin estruendos pirotécnicos ni alardes digitales, pero rebosante de energía, humor, complicidad y ternura.

Los primeros temas de la noche, “We take care of our own”, “Death to my hometown” y “Wrecking ball”, incluidos en su último álbum (2012), fueron recibidos con relativa calidez. Pero para El Jefe no era suficiente. Entonces se lanzó a cantar en la cancha, se perdió entre la multitud y se dejó llevar en volandas de regreso al escenario.

Apenas habían transcurrido treinta minutos de concierto y ya se había metido al público en el bolsillo. Era imposible no rendirse ante tal alarde de ingenio, fuerza y autenticidad. “¡Necesito saber que estás conmigo esta noche!”, le confesó a gritos al público, que le apuntaba con sus smartphones.

Y en medio del delirio, espacios para la ternura como cuando subió al escenario a una rubia y portentosa pequeña que le pidió permiso para cantar con él “Waiting on a sunny day” o a una joven embarazada que portaba una ecografía en la que se leía “Bruce, baila con mi futura mamá”.

También hubo oportunidad de escuchar “The River”, el éxito que le catapultó a la fama, “Born in the USA”, “Born to run”, “Dancing in the dark” y para una hilarante “performance” del tema “Shout” de Otis Day And The Knights” que puso a medio mundo al ras de suelo.

Springsteen hizo el milagro. En tres horas y media el público rejuveneció 30 años. Al final se despidió dando las gracias y prometiendo volver pronto. El concierto de esta noche en Santiago fue parte de la gira sudamericana para promocionar su último trabajo “Wreckling ball” que en los próximos días también le llevará a Buenos Aires y Sao Paulo y culminará el próximo 21 en el festival Rock in Río.

EFE