A los 27 años de edad, con apenas dos discos, Amy Winehouse, poseedora de una voz incomparable, también pasará a la historia como uno de los grandes íconos de belleza y moda. Su look siempre estuvo por encima de la media; y sus peinados, su maquillaje y su estilo fueron tan únicos como su prodigiosa voz.

En primer lugar su peinado, cardado a lo alto, al más puro estilo de los años cincuenta, se convertirá, sin duda, en su gran seña de identidad. Normalmente, Amy lo decoraba con motivos florales y diademas, y fue tal su éxito que en 2007 Karl Lagerfeld hizo que sus modelos desfilaran por la pasarela de Chanel con provocativos cardados, emulando a la diva.

Segundo, su llamativo y extremo uso del delineador. La cantante llevó este instrumento de belleza a un nuevo nivel, poniendo de moda una mirada ultrafelina que extendía la línea del ojo hasta el final de las cejas. Este tipo de maquillaje, propio de los años sesenta, complementaba a la perfección su excéntrico peinado y su estilo retro a la hora de vestir.

En artículo que precisa Europa Press, se menciona que en tercer lugar figuran las zapatillas de ballet. Mientras la mayoría de celebridades se empeña en usar altísimas plataformas y glamorosos tacones, Amy lucía calzado plano.

Por último, sus excéntricos 13 tatuajes alrededor de todo su cuerpo. Los más importantes: un ángel, una herradura, un ancla y el nombre de su ex marido en pleno pecho. Todos y cada uno de ellos símbolos de buena suerte, la que no parece haberla acompañado a lo largo de su corta vida.