Esto no se le hace a una leyenda. La aventura del festival Acustirock Argentina, que reunía en un mismo evento a cinco grupos bastante disímiles y con públicos heterogéneos entre sí, arrancó mal desde el principio.

Siendo las 19:30 horas, momento pactado para el inicio del show, el público realizaba largas colas esperando aún su ingreso. Tras una hora y media de retraso, los fanáticos de bandas como Catupecu Machu, Área 7, StereonoiZ, Carlos Compson y Rata Blanca, ingresaron fastidiados por la demora, peor aún cuando de improviso, un escueto agente de seguridad informó literalemente que “sólo se ingresaría con DNI porque este es un local privado y así son las reglas”.

Una vez lanzada la sentencia, decenas de personas que hicieron fila desde las 6:00 o incluso 5:00 de la tarde, no tuvieron mayor remedio que vender sus boletos a los revendedores o regresar a sus casas sin pena ni gloria. Incluso muchos padres que fueron con sus hijos se vieron obligados a dar media vuelta. Imperdonable.

A las 21:00 horas y con notables problemas de monitoreo en el escenario, la banda femenina Área 7 arrancó su presentación con temas clásicos de sus discos “Máquinas de Almas” y “1.9.8.4”. Las eufóricas hermanas Foronda hicieron hasta lo imposible por animar al público, que respondió tibiamente. Como ellas mismas reconocieron, “se sentían raras” en ese show, pues su acostumbrado público de armas tomar y pogos brutales no estaba presente.

Casi a las 22:00 horas, Carlos Compson saltó a escena para intentar calentar al aletargado público. Por 40 minutos, el exmiembro de Los Zopilotes se movió al ritmo de su nueva propuesta rockera. Con StereonoiZ la cosa fue distinta, el grupo revelación del año presentó un performance bastante preciso, ensayado y de contundente sonido que dejó satisfecho al respetable, que seguía impaciente por ver a los genios del heavy metal sudamericano.

DISCULPAS ACEPTADAS

Cerca de la medianoche, a la hora en la que supuestamente Rata Blanca ya debía estar en escena, recién se presentó la banda Catupecu Machu. Los músicos gauchos supieron dominar el escenario con euforia, movimiento, gritos, saltos y mucha actitud rockera, tal y como lo hicieron hace un año.

El cuarteto liderado por Fernando Ruíz Díaz se deshizo en agradecimiento al público peruano por su cariño y reconocieron que en sus casi 20 años de carrera, habían demorado mucho en venir a nuestro país, por lo que pidieron unas sentidas disculpas que el público aceptó automáticamente. “Óxido en el aire”, “El mezcal y la cobra”, “Eso espero”, “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” y la clásica “Dale!” no pudieron faltar en el show que se extendió por una hora y veinte minutos de adrenalina, y el que cerraron prometiendo más visitas a Lima.

MALTRATO A LA TRAYECTORIA

Tras infinitos minutos de ajustes y pruebas de sonido, la legendaria agrupación Rata Blanca hizo su aparición ante el público, liderados por los aclamados Adrián Barilari y Walter Giardino. El talentoso guitarrista de la banda tuvo un viernes de miércoles cuando en dos oportunidades su guitarra se apagó, dejando las canciones a merced del bajo, la batería y el teclado. El amo de las seis cuerdas solo atinó a lanzar mudas maldiciones a la producción y agradecer los gestos de apoyo del público, que estuvo imparable y estuvo caliente de principio a fin.

Luego de tocar 13 canciones, entre las que destacaron “Aún estás en mis sueños”, “Volviendo a casa”, “Sólo para amarte”, “Nada es fácil sin tu amor”, inesperadamente el grupo debió dar malas noticias: alguien de la producción había indicado que si en veinte minutos no acababan su show, les cortarían la luz. Hasta ese momento, ya eran más de las 2:30 de la madrugada.

Los argentinos alargaron su presentación lo más que pudieron, pero luego de un par de temas más, la despedida era inevitable, si “despedida” se le puede llamar a que la banda acabe su última canción y salga del escenario sin mediar palabras. Los “oles” y los coros pensando que se trataba del característico “Encore” no se hicieron esperar. Lamentablemente, el grupo no volvió más. Eran las 3:30 de la mañana y la celebración por los 25 años de Rata Blanca se vio opacada por una mala producción que no supo respetar horario. Como diría un conocido personaje musical: “Esto no se le hace a un poeta” o “esto no se le hace a una banda con la trayectoria de Rata Blanca”.

A las 3:45 de la mañana, decenas de molestos fans lanzaron botellas e injurias al escenario pero eso no solucionó nada. Rata Blanca no volvió más. “La leyenda del hada y el mago”, “Mujer amante”, “El sueño de la gitana”, entre otros grandes temas, quedaron fuera del repertorio para Perú. Una lástima.

Por: Robinson Reyna (@rob_core en Twitter)