La amatista es un cuarzo púrpura, utilizado desde los tiempos antiguos para fines mágicos y curativos. Es reconocida como una de las piedras de contenido más espiritual y la más eficaz para favorecer la meditación, calma los miedos y aplaca las grandes turbulencias emocionales. Teniendo en cuenta su alto potencial energético, es una gema ideal para tener en casa y para ayudar a eliminar las energías negativas.

Vamos a utilizar su poder protector en un ritual que barrerá con las energías negativas que pudiéramos acumular, y así limpiar nuestra aura.

¿Qué necesitas?

Necesitarás entonces una amatista, que puedes conseguir en una tienda de gemas, no hace falta que sea de tamaño importante, puede ser pequeña; un incienso de sándalo, una vela blanca, agua de rosas (sumerges pétalos de rosa fresca de cualquier color, menos amarillo en un bowl con agua tibia, lo dejas un estacionar unas horas y luego lo cuelas); miel y un puñado de sal.

¿Qué hacer?

La noche anterior al ritual, descarga la gema, dejándola una noche entera dentro de un vaso con agua y sal, y al día siguiente la expones un par de horas al sol, para potenciar sus efectos. También llena un bowl con agua mineral o de manantial tibia, que no sea del grifo; agregas los pétalos de rosa y lo dejas en reposo durante la noche.

Cuando los elementos están listos, al día siguiente, cuela el agua de rosas y pasa la preparación a una jarra, junto con unas gotas de miel y un puñado de sal. Enciende una vela blanca y el incienso. Quítate la ropa y acerca tu cuerpo al humo que desprende el sándalo, para purificarlo. Luego toma la amatista y pásala por todo tu cuerpo, como si fuera el jabón de baño. Cuando terminas, deja la gema cerca del incienso y de la vela. Para finalizar el ritual, báñate con la preparación de agua de rosas y deja que tu cuerpo se seque naturalmente.

Una vez que terminas con esta purificación, te sentirás con más energía, recuperarás tu vitalidad física, mental y espiritual.