Durante una semana seguida, a medianoche, se debe encender dos velas de color violeta en el dormitorio y luego se debe tomar una ducha breve.

Al terminar se debe dirigir al cuarto y apagar las velas con los dedos. Al séptimo día de realizar este ritual, no se debe apagar las velas y se debe disponer a la derecha de la vela una copita de licor y a la iz­quierda un platito con sal gruesa. Luego se repite siete veces la siguiente oración: “Reclamo las caricias del amor para mi alma y mi cuerpo”.

Luego se salpica el licor por la frente, el pecho, el vientre, los muslos y los pies. Se dice en voz alta: “Que la sal se lleve mis amarguras y mis inseguridades”. Se vierte el resto del licor en la sal y deja todo hasta que las velas se consuman. Finalmente tire en una bolsa las velas y la sal.

Fuente: Arcanos.