Las flores tienen el poder de arrancarnos una sonrisa, regalarlos una fragancia única, adornar nuestros hogares y también, sanar nuestro cuerpo y alma. El uso de remedios florales como terapia natural frecuentemente complementa tratamientos alternativos y convencionales, y se basa en los efectos que el campo energético sutil de las flores tiene en individuos y espacios.

Los remedios o esencias florales tienen su origen en los tiempos de la antigua China y en la India. En Occidente, se sabe que Platón solía buscar refugio en el rocío de los pétalos de flores pues decía que aliviaban sus pesares. Sin embargo fue Edward Bach, un médico británico especializado en inmunología y bacteriología, quien en 1930 creó y consolidó un sistema terapéutico basado en el poder curativo de las flores. Al crear sus 38 remedios florales, Bach fue de los primeros en entender y tratar el vínculo entre estrés, estado emocional y enfermedad física.

¿Cómo funcionan las esencias florales?

Las esencias florales se usan para tratar las reacciones emocionales causadas por enfermedades, al igual que los estados de ánimo y capacidad de manejar el estrés que causan dichas enfermedades.

El uso de esencias florales se considera parte de las terapias bioenergéticas – como la terapia de cristales, musicoterapia y sanación con colores – y es bastante reconocida como medicina alternativa, aunque en las últimas décadas también ha sido integrada por algunos médicos a tratamientos convencionales. De hecho, la Organización Mundial de la Salud reconoció el uso médico de los remedios florales por tratarse de un sistema natural y sin efectos secundarios.

Los remedios florales son preparaciones que concentran la energía y esencia vital de una flor en un frasco con agua o alcohol, y se administran debajo de la lengua con un gotero varias veces al día por la duración del tratamiento.

Al estudiar la física aprendemos que la diferencia entre un cuerpo sutil y uno denso es la frecuencia de vibración. Sabemos que toda la materia tiene una vibración energética particular de manera que alguna materia tiene masa (tocable, visible, medible) y otro tipo de materia se considera sutil (como la luz y el sonido).

El tratamiento con esencias florales considera que cada flor tiene su propio campo energético sutil y por resonancia vibracional éste afectará cualquier otro campo energético en donde sea introducido (humano, animal o mineral). Es decir, la vibración de una materia puede influir y cambiar la vibración de otra materia. Sin embargo, todo depende de qué tan receptivo sea ese cuerpo a la vibración que se introduce, por lo que no todos los remedios florales actuarían del mismo modo en un individuo y esta sería la diferencia entre la esencia floral que sana y un efecto placebo.

De esta manera, el campo energético de una flor específica sería capaz de armonizar un campo vibracional compatible, al entrar en contacto con éste. Este proceso no es inmediato sin embargo.

Una premisa básica del uso de remedios florales es que la enfermedad es la manifestación física de desbalances emocionales y psíquicos, de manera que si se trata sólo la parte física, estamos actuando sobre los síntomas pero no sobre las causas y los problemas tenderán a reaparecer.

El uso de esencias florales es recomendable en un sinfín de casos con manifestaciones físicas, mentales y emocionales. No sobra decir que aunque estas esencias se consiguen sin necesidad de fórmulas y no se les atribuye ningún efecto secundario, es siempre importante consultar con un profesional a la hora de elegir este tratamiento.

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