Desde la antigüedad, los griegos conocían la existencia de algunas plantas y hierbas con propiedades afrodisíacas y también sabían cuáles tenían un efecto contrario.

Ají: Su fama viene del año 1132 cuando Pedro el Venerable prohibió su uso a los monjes de Cluny a causa de sus efectos afrodisíacos. Inclusive se prohibió que se cocinara junto con la pimienta, ya que potenciaba sus propiedades.

Ajo: Es muy empleada por sus numerosas virtudes mágicas y curativas. Tanto los erotólogos europeos como los orientales hablan del ajo como un ingrediente afrodisíaco de las comidas. En el Japón, el ajo gozaba de la misma categoría que el néctar y la ambrosía de los dioses entre los antiguos griegos.

Albahaca: Esta es una planta aromática muy utilizada como condimento alimenticio, pero tiene demostradas propiedades afrodisíacas. En Italia, las muchachas la utilizaban como amuleto amoroso. Incluso, en Europa se decía en el siglo XIX que la albahaca cubría las deficiencias de Venus.

Calabaza: El consumo de las pipas de calabaza incrementa de manera instantánea la apetencia sexual de una persona siempre que éste en un ambiente adecuado. Se recomienda tomar 2-3 puñados diarios de estas pipas.

Cerezas: Desde la civilización egipcia las cerezas, específicamente sus rabos son muy empleada para propósitos afrodisíacos. Para ello, se masticaban bien durante unos minutos o se tomaba en forma de infusión.

Habas: En Italia se toma con frecuencia con objetivos afrodisíacos. A las habas, en general, se les ha atribuido desde hace siglos la posesión de virtudes amatorias.

Fuente: Consultorio Esotérico.