En el anuncio se ve a la exchica Baywatch en una sala llena de hombres. Ella está vestida con un saco de sastre, pero con un gran escote que deja ver su voluptuosidad.

Anderson conversa con su asistenta, Vanessa Hudgens –una exniña Disney, antes de empezar una reunión entre hombres de negocio. Y en ese momento uno de ellos empieza a fantasear con las dos mujeres.

En la fantasía, Anderson y Hudgens lucen diminutos bikinis de color dorado. Se contornean sensualmente, frotan cu cuerpo con una crema de color blanco y bailan coquetamente entre ellas.

La Autoridad Británica de Estándares Publicitarios (ASA por sus iniciales en inglés) recibió cuatro denuncias en la que se indica que el anuncio era denigrante y sexista para los espectadores. Para la ASA, Anderson y su asistente fueron mostradas sexualmente aunque aparecieran en traje formal.

La entidad prohibió la publicidad al considerar que “el anuncio era probable que cause ofensa grave a algunos espectadores, sobre la base de que era sexista y degradante para las mujeres”.

Sin embargo, Dreamscape Networks, la compañía que diseñó el spot, se defendió sosteniendo que el sentido de la promoción no tiene “tintes pornográficos”.