Mujer con decisión que entrega todo por los seres que ama, su madre y su hija. Así es Karen Dejo, quien por ser una fecha especial abrió su corazón a Peru.com para contarnos sobre sus tres años como madre.

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Sus caídas y sus victoria en la vida le han enseñado a madurar. Siempre soñó con una matrimonio para toda la vida, sin embargo, a veces las cosas no suceden como uno desea. Al tiempo buena cara, ella sabe que las experiencias enseñan y dan paso a decisiones certeras.

Tres años ya han pasado desde que se convirtió en madre, tres años con 5 meses para ser exactos. Aquel día en que conoció a su gran amor, su pequeña Mía, y también el día en que comprendió a plenitud la fortaleza de su progenitora, Doña Ana María.

Hoy 10 de mayo por el Día de la Madre celebrará esta fecha en compañía de mujeres, todas luchadoras, nos cuenta orgullosa. “Es una tradición, yo me encargo de preparar el almuerzo, organizo todo para que la familia se reúna en la casa de mi abuelita”, detalla emocionada, quien confiesa que aún tiene heridas en el alma tras la separación del padre su hija, pero asegura que el mundo se vuelve de colores cuando ve la sonrisa de su pequeña Mía.

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Tras la separación del padre de Mía, ¿ha sido difícil explicarle la situación a tu hija?

Mía sabe que papá y mamá la ama, todo el proceso de separación no lo ha vivido. No ha sufrido el distanciamiento porque cuando vivíamos juntos, ella aún estaba en la barriga.

¿Es difícil ser madre soltera?

Es importante tener mucha fe, mucha fortaleza, esa fortaleza que se haya en nuestros niños. Como muchas mujer, a mi también me ha dado mucho miedo salir adelante sola, ahora entiendo a mi mamá cuando antes no podía dormir por el estrés por no saber qué pasará mañana. Me ha pasado, pero hay que saberlo enfrentar, hay que ordenarse en sus cosas y decisiones. Ahora es tolerancia cero al error.

¿Aún confías en la existencia del verdadero amor?

El hecho de que la relación con el papá de Mía no haya funcionado, no quiere decir que yo haya a tirado la toalla. Sí tengo temores en volver a construir mi vida, porque tengo miedo de que no vaya a funcionar, pero así como soy decidida en el aspecto laboral, debo ser decidida en el personal y no dudo que vendrá esa persona que me haga apostar por una relación.

¿Cómo debe ser esta persona?

Es tan sencillo, que sea un hombre maduro y centrado, que sepa qué es lo que quiere, que sepa respetar a su mujer. Busco a esa persona que sepa que un matrimonio es para toda la vida, que uno siempre será el apoyo del otro.

¿Cuánto cambió tu vida Mía?

Bastante, soy mucho más cauta. No tengo muchos espacio libre pero trato de darle calidad de tiempo a mi hija, a veces me siento culpable porque no estoy con ella como quisiera, pero debo cubrir gastos y darle a ella y mi madre un buen estilo de vida, uno que yo les puedo dar con mi trabajo, que se sientan cómodas.

¿Cómo va la relación con el papá de Mía?

Estamos bien, ya hemos pasado nuestra tormenta, es muy complicado cuando una pareja está en plena separación. Para una mujer separar los sentimientos personales y de madre es muy difícil, estoy en un periodo donde puedo hablar con él, pero si hay momentos donde entramos en contradicciones.

¿Las heridas han curado?

Aún no han curado, creo que perdonar no es tan fácil. Cuando hablamos sobre Mía (con el padre de su hija), conversamos bien, pero a veces hecho un vistazo al pasado – porque me da pena que mi familia no se haya logrado- veo que las cosas no cambian y no hay que sentirse mal, pero esas heridas quedan en el alma.

Hay decisiones que una mujer debe tomas así duela, uno es madre y es mujer, y creo que haber tomado esta medida (la separación) ha sido mejor para mi, porque puedo disfrutar como mujer, trabajar por mi familia sin depender de nadie.

En esta etapa de tu vida, ¿qué ha significado tu madre para ti?

Mi mamá cumple un rol muy importante en mi vida. Si mi madre no existiera yo no podría estar tranquila, la nana es la que ayuda, pero la crianza de mi hija solo se la confío a mi mamá. Mientras yo trabajo, quien le brinda seguridad día a día a Mía es mi madre, le tengo que agradecer mucho.

¿Te ha marcado mucho no tener una figura paterna?

No lo sentí mucho porque mi familia me daba mucho amor, mi mamá me hablaba de manera tan sincera las cosas. Sin embargo, hubieron dos oportunidades muy marcadas en que sí necesité de un padre: en las actuaciones del Día del padre, ahí sentía la ausencia de papá, y otro cuando estaba embarazada y mi relación no funcionaba, si necesitaba a un papá que me defendiera. Mi mamá es muy linda, muy querendona, pero me faltó ese padre que pueda defenderme y hacer que ese hombre que no supo hacer las cosas sea guiado y aconsejado.

Hoy en día yo tengo el carácter suficientemente fuerte para sacar cara por Mía cuando crezca. A mi no me importa nada ni nadie, solo mi hija y mi madre; y si alguien les falta el respeto, yo tengo los pantalones para hacer que las respeten.

Por Ana Morocho (@anamorocho)

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