se apoderó del escenario del Jockey Club del Perú con sus mejores éxitos y demostró que sigue siendo la “Reina de la Copla” con la fuerza con la que interpreta cada uno de sus temas de amor y desamor.

Armada con una sonrisa que la caracteriza, salió al escenario del Jockey con cierto retrazo, pero no necesariamente por ella, sino por el público que llegó tarde a la velada.

Diva como siempre, pelo azabache recogido, vestido negro y la frente bien en alto, entró a escena aproximadamente nueve y media con un vestido plateado y rosado que resaltó aún más su belleza y estilo español.

Acompañada de la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú, arrancó su show con sus mejores éxitos. Hecho que al público le fascinó porque inmediatamente se sintieron conectados con la española que no nos visita tras 20 largos años.

“El Perú ama a Isabel e Isabel ama al Perú desde hace muchísimos años y lo seguirá haciendo hasta que ustedes quieran”, fueron las primeras palabras de Isabel Pantoja al dirigirse a un público extasiado que no dejaba de aplaudir.

Uno de los momentos más especiales fue, sin duda, cuando le rindió un merecido homenaje a su “compadre” (como ella lo llama) con temas que alguna vez cantaron juntos.

“Juan Gabriel siempre serás eterno. Siempre te vamos a amar y vamos a cantarte siempre”, expresó la española muy emocionada.

A decir verdad, en muchos momentos del show, mencionó a su amigo Juan Gabriel y no es para menos, pues su último disco “Hasta que se apague el sol” fue producido por el “Divo de Juárez”.

Cada detalle que exhibía la española en el escenario era ovacionado por los presentes y sobretodo cuando quiso manifestar sus raíces españolas acompañada de un grupo de flamenco que hizo lo suyo en los recambios de la artista.

Pausas que Isabel Pantoja aprovechó para cambiarse de vestuario, el cual fue preparado especialmente para su gira “Hasta que se apague el sol”, con el que la cantante pretende exhibir su arte flamenco.

Aplaudió a la Sinfónica hizo un paréntesis en su presentación para darle crédito a la virtuosidad de la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú que acompañó cada uno de sus temas.

El esfuerzo y la entrega de la sevillana se vio recompensado por un reciento lleno, donde los aplausos no acabaron hasta que Isabel Pantoja le dijo adiós a su público, pero esta vez con la promesa de regresar nuevamente a nuestro país.