Nacer sin brazos no le impidió que cumpla todos sus sueños, hoy en día es una escritora y conferencista cuya vida ha inspirado a muchos. La mexicana llegará al Perú para brindar la charla “Vive La Magia de la Actitud & Abraza el Éxito”.

Previo a ello, habló con Peru.com y comentó que le falta mucho por aprender, sin embargo, no se dejará vencer porque quiere ser un gran ejemplo para su hija y seres queridos.

Adriana, ¿cuál es tu sentir al saber que eres un ejemplo de vida para muchas personas?

Es un gran honor que me motiva mucho desde luego, pero también es una gran responsabilidad y compromiso para seguir trabajando con esta congruencia de vida, pues como todos tengo mis días buenos algunos no no son tan buenos. Sigo aprendiendo como todos de mis aciertos y errores, pero te aseguro que cada día doy lo mejor de mi.

¿Qué querías ser desde pequeña y cómo nació el ser conferencista?

Bueno, de pequeña quise ser muchas cosas, pero la que mi familia tiene muy presente es que yo quería ser sirvienta. Esa es una de las anécdotas divertidas de mi infancia, sin embargo, la vida me lo concedió, pues me dedico a servir por medio de las conferencias en estos escenarios que la vida me presta, nunca me imaginé dedicarme a dar conferencias hasta que en una fiesta conocí a la cuñada del subdirector de un banco y fue a ellos a los que se les ocurre que puedo dar un testimonio de vida en su evento de cierre de año, ese espectacular momento para mi dio pauta a que me invitaran a otros lugares, y así sucesivamente hasta hoy.

Tus padres son ejemplo de lucha. ¿Qué te inspiran cuando los ves?

Hoy que soy mamá comprendo la dura lucha y el gran compromiso que asumieron. Estoy segura que hubo muchos momentos difíciles y dolorosos, pero ellos le han hecho frente a cada uno de ellos con entereza y buen ánimo. Eso permitió que me convirtiera en la mujer que hoy en día soy. Veo en ellos a mi principal apoyo, aún cuando ya soy una mujer casada e independiente, ellos siguen siendo mi guía y mi ejemplo.

¿Tuviste muchos temores de pequeña?

¡Claro! Cómo todos, me asustaba el futuro y también pensaba si tendría la posibilidad de realizar mis sueños, pero el tiempo siempre recompensa nuestro esfuerzo.

En una entrevista comentaste que tu niñez fue bonita, ¿pero en algún momento sufriste bullying?

Tuve la bendición de que se reunieran muchos factores en mi infancia, estuve rodeada de grandes seres humanos. A pesar de su corta edad, siempre vieron lo mejor de mí, mis padres me cultivaron una gran actitud y autoestima. Esa combinación me libró del bullying.

¿Tuviste algún temor cuándo te enteraste que serías madre?

Para mi esposo y para mí no fue fácil concebir un bebé, llegó después de 8 años de esperar. Cuando pensábamos que tal vez no tendríamos esa bendición, sucedió. Eso nos inundó de una felicidad que aún hoy no te puedo explicar, esa felicidad no permitió que se asomará ningún miedo. Hoy en día tengo los mismos miedos de cualquier mamá, por ejemplo que no se enferme, que no se caiga, orientarla bien.

No es la primera vez que vienes a Perú, ¿qué sentimiento te embarga regresar?

Es una emoción muy especial regresar, pues la última vez llegué a Lima embarazada. Hoy tengo otro enfoque de la vida y tengo mucho entusiasmo por compartirles esta nueva mirada.

¿Qué sientes que te falta por hacer?

Me falta mucho que aprender. Hasta hoy he puesto mi mejor esfuerzo en todo momento, sin embargo, sigo siendo un aprendiz en muchos sentidos, pero de corazón deseo que muchas personas se desarrollen junto conmigo.

La cita es este 21 de septiembre en el Centro de Convenciones del María Angola.

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