La película parte de un hecho tan simple como el de la incorporación al mercado laboral de una ama de casa, en la treintena, con una hija pequeña a su cargo y que debe buscar una asistenta para que cuide de ella.

Según Dutra, director del film: “el planteamiento era muy sencillo, pero así que íbamos desarrollándolo veíamos que era imposible no introducir elementos de terror, teniendo en cuenta como está ahora el mercado laboral y las opciones de encontrar un empleo”.

Presentada en Cannes, donde también recibió el apoyo de público y crítica, su codirector asevera que en Brasil la película ha sido entendida desde tres puntos de vista diferentes: el social, el terror y la comedia, puesto que por la manera en cómo hablan algunos personajes, “la gente en las salas ríe mucho y se identifica con ellos”.