La candidez es desde ahora cosa del pasado para Selena Gómez y Vanessa Hudgens, que se ven envueltas en una ola de sexo, drogas y hip hop en Spring Breakers, de Harmony Korine, con la que han causado sensación en una Mostra que también habló de la eutanasia con la voz sólida del maestro Marco Bellochio.

En la presentación de esta película que opta al León de Oro con esas destructivas “vacaciones de primavera” de unas adolescentes de instituto estadounidense, un periodista resumió mejor que los propios responsables la cinta: “Es la película que más puede asustar a un padre de dos hijas como yo”.

Efectivamente, Korine, guionista de las mejores películas de Larry Clark (“Kids”), sigue en solitario explorando el lado menos poético de la adolescencia y, para ello, nada más impactante que robar a Disney sus abanderadas de la moral: Selena Gómez y Vanessa Hudgens, que aparecieron en Venecia llenas de transparencias, brocados y dorados.

“Por supuesto entiendo que Disney Channel te convierte en una especie de marca. Será un poco impactante para muchos de mis fans, pero será bueno para mí. Esto es crecer”, ha dicho Gómez que, en realidad, es la única de las cuatro amigas descocadas que se salva de esta quema del descontrol tan poco dada a los moralismos.

“Spring Breakers”, que cuenta además con un irreconocible James Franco en el papel de gurú de ese mundo de tráfico de armas, drogadicción y rap que tanto fascina a las protagonistas, es, en palabras de su director, “una película muy sensorial, que te arrastra con su narrativa líquida, en movimiento. Es un ataque de imágenes y sonidos, un poema pop”.

No obstante, después de intensos dramas y obsesivos retratos de la espiritualidad, la prensa aplaudió a rabiar este filme, en el que el realizador ha reconocido que ha cumplido el sueño de trabajar con Hudgens y Gómez y ha asegurado entre bromas que a sus seguidores “les encantará esta mierda”.

Hudgens ha asegurado que hay mucho de realista en esta película y poco de inconsciencia en las protagonistas. “Saben exactamente lo que están haciendo y usan sus armas para conseguir lo que quieren. Están viviendo su momento”, afirma el director sobre este periplo que les lleva a robar gasolineras, coquetear con gángsters y cantar encapuchadas y con metralletas una balada de Briney Spears.

“Se trataba de tomar esa cultura que ha influido a la película y transformarla, adaptándola al contexto”, ha aseverado un James Franco tan disperso como acostumbra, aunque también haciendo honor a su condición de sex symbol, después de lucir fundas de platino, trenzas y camisa hawaiana en la película.

“Nunca pensé que formaría parte de una película de este tipo”, ha concluido Hudgens, quien teñida de rubio y sin visos de cantar o bailar como en su anterior “High School Musical”, ha rodado escenas de sexo lésbico y se pasa casi toda la película en bikini.