Tom Cruise podrá estar en contacto con la niña, siguiendo un calendario ya estipulado de visitas. Katie Holmes seguirá luchando para que definitivamente el atractivo actor no pueda llevar a su pequeña hija a nada que esté relacionado con la fe que profesa desde hace mucho tiempo.

Madre e hija residirán en Nueva York, en un apartamento de tres habitaciones, que Holmes compró antes de anunciar su intención de divorciarse. Además del cambio de residencia, Suri Cruise podrá irá en el mes de septiembre a un colegio privado de élite en Manhattan, en vez de estudiar en casa (una norma de la cienciología que sus padres cumplían hasta el momento).

“Katie está encantada por cómo lo ha conseguido. A Tom se le permitirá ver a Suri siguiendo el régimen de visitas establecido”, aseguró una fuente cercana a la pareja a la publicación norteamericana.