Kate Winslet se siente muy emocionada de volver a interpretar a la calculadora Jeanine en la segunda entrega de la trilogía Divergente. Esta vez marca la diferencia el hecho que no esté embarazada.

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“Afecta tu capacidad para sentir que no estás desapareciendo de verdad. No me sentía muy cerca para nada, ni física ni mentalmente, yo no tengo esos embarazos geniales, fuertes y resplandecientes”, explicó.

Por su parte, Shailene Woodley dijo que tenía miedo de tener demasiado contacto físico con Divergente, pero que esas consideraciones desaparecieron en la segunda cinta.

En su trabajo, Woodley y Winslet han creado lazos muy grandes que van más allá de la conexión entre dos coprotagonistas. Ambas recibieron su mayor golpe de fama a los 21 años, Winslet con Titanic y Woodley con su papel en Divergente.

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“Tiene valores que son muy, muy importantes y los vive al 100%. Eso es muy poco común, no creo tenerlos a ese grado”, sostuvo Winslet, quien evita los medios y las redes sociales como regla. “Así es como me he mantenido con cordura, no leo reseñas, no leo los artículos en los que salgo y no permito que haya revistas en casa, simplemente no”, señaló.

Winslet comenta que su trabajo en Divergente está dedicado a sus hijos de 14 años, 11 años y 15 meses.