Jake Gyllenhaal había mostrado en “Jarhead” o “Brothers” las consecuencias emocionales de un mundo violento, algo en lo que reincide en End of Watch, de David Ayer.

La cinta es un seguimiento íntimo de dos policías de Los Ángeles tras el que ha rodado la adaptación de “Un hombre duplicado”, de José Saramago.

En End of Watch, el actor interpreta a Brian Taylor, un policía simplón con el latino Michael Peña como compañero de patrulla. Ambos de forma “brutal, casi animal”, arriesgarán tanto su vida como la ética profesional en cada misión.

“Hay un mundo dentro del coche, en el que los vemos llevarse estupendamente, dos personas que dialogan, que hablan y se ríen todo el rato, a los que es imposible no coger cariño como espectador”, explica Jake Gyllenhaal a Efe.

“Pero luego, salen del coche y la barrera entre su trabajo y la brutalidad está continuamente en entredicho, y el espectador se enfrenta a ese contraste, a saber si puede seguir queriendo a esos personajes o no”, acota.

Así, esta película de nervio latino y efectividad hollywoodiense se convierte en un dilema.

“Los personajes hay veces que se comportan como auténticos héroes y a veces cometen abusos. Me temo que esa es la realidad del mundo, no la del típico policía inmoral y corrupto. Es una realidad compleja y multidireccional, y por eso me gusta esta película y la manera en la que David Ayer la ha realizado”, señaló.

End of Watch destaca esa “manera” que despliega David Ayer, un especialista en el nuevo realismo callejero metropolitano estadounidense, de utilizar una cámara doméstica para retratar el trabajo de los dos policías, prácticamente como si fuera un “reality show”. EFE