El director y el guionista de Iron Man 3, Shane Black y Drew Pearce, respectivamente, tuvieron que eliminar el alcoholismo de Tony Stark en la nueva entrega de la saga, que se estrenará este jueves en todos los cines del país. Y aunque el guión original de “Demon in a Bottle”, en la que se basa este entrega, pide hablar de esos problemas oscuros del protagonista, Marvel exigió no tocarlos.

“El estudio nos dijo que deberíamos mostrar a Tony Stark como un industrialista un poco loco e incluso malvado en ciertos momentos, pero que no podía ser de ninguna manera un alcohólico”, comentó Black, quien no culpa a los productores por querer blanquear a su personaje. “El alcoholismo es un tremendo problema, pero tampoco es el mejor villano para una película así”.

Sin embargo, Shane Black señaló que esa parte oscura de Tony Stark (interpretado por Robert Downey Jr.) podría ser tratada en un futuro en otra película sobre Iron Man. “No me sorprendería si en algún momento alguien quisiera hacer una película y ya no haya más aspectos del personaje sin explotar; entonces siempre tendrían la historia de ‘Demon in a Bottle’ para utilizarla”.