Guillermo del Toro parece tener el don de la ubicuidad en Hollywood, algo que, según asegura en una entrevista con Efe, no hubiera podido lograr de no ser por “el apoyo y la confianza” que le brindó Pedro Almodóvar en un momento crítico de su carrera.

“Hubo un ‘impasse’ enorme entre ‘Cronos’ (1993) y ‘Mimic’ (1997) que fue brutal”, confesó el cineasta mexicano, “pero ‘El espinazo del diablo’ (2001) fue añadió como una resurrección para mí”.

“El apoyo y la confianza de Pedro como productor ejecutivo fueron vitales para que yo siguiera existiendo. Se lo agradeceré el resto de mi vida; es una deuda que tengo con él, con España y con el cine español, que vivía un momento de oro. Había apoyo e interés del público concedió. Y, sobre todo, era un momento prepiratería”.

Aquel difícil parón no se volvería a repetir hasta el periodo entre “Hellboy II: The Golden Army” (2008) y “Pacific Rim” (2013), aunque en esa ocasión se debió al trabajo de dos años que dedicó a las películas de “The Hobbit”, que en un principio iba a dirigir.

“No las he visto aún”, admitió. “Lo más sano para mí será verlas del tirón las tres”, añadió.

En ambos casos, la respuesta de del Toro fue implacable. Tras ‘El espinazo del diablo’, encadenó “Blade II”, “Hellboy”, “El laberinto del fauno” y “Hellboy II: The Golden Army”. Y desde el año pasado, “Pacific Rim”, la serie “The Strain” basada en sus propias novelas y “Crimson Peak”, un romance gótico para octubre de 2015, además de varios proyectos en cartera. Efe