El cineasta brasileño rescató hoy para la el conflicto palestino-israelí con “7 days in Entebbe”, un filme sobre el secuestro real de un avión en los años setenta, que le llevó a entrevistarse en Israel con muchos de los rehenes y de los responsables políticos de la época.

Presentada en la sección oficial del festival fuera de concurso, la cinta narra una historia real, el secuestro en 1976 de un Airbus de Air France por el Frente Popular para la Liberación de Palestina y las Células Revolucionarias alemanas de ultraizquierda.

Y lo hace a partir de historias paralelas que reflejan la complicada realidad política de una región que sigue enfrentada décadas después.

“Era importante la exactitud, teniendo en cuenta que la narrativa oficial se centraba en la historia militar” del rescate, explicó en rueda de prensa Padilha, que regresa a la Berlinale diez años después de ganar el Oso de Oro por “Tropa de Elite”.

Junto a él, los protagonistas del filme, el hispano-alemán Daniel Brühl y la británica Rosamund Pike, que tras un par de años más tranquilos tiene ahora nada menos que cuatro películas rodadas que se estrenarán en los próximos meses.

Una es esta “7 days in Entebbe”, en la que ella y Brühl interpretan a los dos terroristas alemanes que participaron en la acción y que se vieron atrapados en la contradicción interna de luchar por unos ideales presuntamente de izquierdas y ser vistos como “nazis” por los rehenes israelíes.

No teme Padilha que se le acuse de ofrecer de ellos una visión condescendiente por mostrar que tienen “conciencia”, por explicar que los terroristas son también “seres humanos”, aunque estén totalmente equivocados y cometan actos horribles.

“No es necesario siempre sentir empatía por el personaje, pero sí entender sus motivaciones”, explicó Brühl, quien descubre su incapacidad de matar a lo largo de los siete días que duró el secuestro, tras aterrizar el avión en el aeropuerto ugandés de Entebbe con apoyo del dictador Idi Amin- descubre su incapacidad de matar.

Un relato centrado en la relación entre terroristas y rehenes y también en el debate político en Tel Aviv sobre la posibilidad de negociar.

El filme muestra la pugna que se vivió en Israel entre el primer ministro del momento, Isaac Rabin (Lior Ashkenazi), y su ministro de Defensa, su ministro de Defensa, Simon Peres (Eddie Marsan), decidido a emprender a cualquier precio una operación militar rescate.

Con ellos, explicó Padhila, se ve “lo difícil que era y es negociar para un político israelí o palestino, ya que pierden apoyo político” entre su pueblo, al que han prometido “defenderle del enemigo”.

“Hay un clima constante de miedo en las dos sociedades, la israelí y la palestina, por el conflicto y este miedo es difundido por políticos de derechas y políticos radicales que dicen ‘vota por mí y te defenderé del enemigo’”, señaló el brasileño, que incluyó entre ellos al presidente estadounidense, Donald Trump, dispuesto a “salva a América no se sabe de quién”.

Brühl y Pike elogiaron la “energía” de Padilha, que llegaba siempre con nuevas ideas al rodaje y no dudaba en tirar por la ventana el plan original.

De ahí surgió por ejemplo que ambos intercambien palabras en alemán en una cinta en la que también se escucha árabe y francés, lo que choca con que los miembros del gabinete israelí hablen en inglés y no en hebreo.

“Lo intenté”, dijo Padilha lamentado el conservadurismo que lleva a pensar que “cuando menos inglés tiene una película, menos comercial es”. EFE