La profundidad que le dio a Batman o la extremada delgadez a la que se sometió en “The Fighter” dan una idea de lo meticuloso y obsesivo que puede llegar a ser Christian Bale, y sin embargo, incluso para él, interpretar al “apasionado” Moisés de Éxodus ha sido “agotador”.

El actor galés, ganador de un Óscar, suele llevarse a casa a sus personajes durante el rodaje, pero esta vez decidió dejarlo en el plató. “Tuve que cambiar la forma en que suelo trabajar porque me di cuenta de que no iba a poder sostener esa pasión todo el rato”.

Recién llegado de Londres, donde presentó anoche la última superproducción de Ridley Scott sobre la vida y hazañas del profeta bíblico, Bale afirma convencido que un personaje como Moisés, hoy en día, “asustaría mucho a la gente”.

“Aquellos eran tiempos más duros, pero si Moisés llegara hoy a esta habitación diciendo ‘puedo hablar con Dios, literalmente, y puedo verlo’, no creo que casi nadie dijera ‘aquí está el profeta, vamos a seguirte’, más bien creo que la mayoría se asustaría bastante”, subrayó.

En su opinión, se trata de un personaje “intoxicador” y que “no deja de sorprender” por sus contradicciones.

“Es por un lado un líder que libera a su pueblo, con un acusado sentido de la justicia y de la lucha por los reprimidos, pero vivió tiempos muy violentos y eso le llevó a usar métodos muy violentos para conseguir sus metas; es alguien increíblemente confiado en sí mismo, pero al mismo tiempo lleno de dudas”, expone.

Con información de EFE.

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